En Palestina existen enormes posibilidades naturales en el campo de la bioenergía, lo que reduce en gran medida la dependencia de las importaciones. En el campo de la bioenergía, hay enormes cantidades de residuos sólidos producidos por los municipios, que gastan grandes sumas de dinero en enterrarlos en vertederos, que son deficientes e inadecuados para satisfacer las necesidades, hay una gran cantidad de aceite usado que contamina el medio ambiente. También hay grandes cantidades de turba de olivo que contaminan el medio ambiente. La inversión en estos campos produce grandes cantidades de energía y protege el medio ambiente de graves daños. Además, hay enormes cantidades de estiércol animal de cabras, pollos y vacas, que puede generar energía. En cualquier caso, los procesos bioenergéticos conducen a la producción de fertilizantes naturales que son deseables para los agricultores por su ausencia de olores. La cantidad de biogás que se puede extraer de los residuos orgánicos, depende de los propios residuos y del diseño del sistema digestor, oscila entre 20 m3 por tonelada y 800 m3 de biogás por tonelada. Cada metro cúbico (m3) de biogás contiene el equivalente a 6kWh de energía calorífica.