La justicia es uno de los principales pilares de la civilización, y gran parte de la población británica la considera un elemento característico de la democracia y del Reino Unido -algo de lo que estar orgullosos-, pero ¿la damos por sentada? La mayoría de la gente vive su vida cotidiana con la seguridad de que no se presentarán cargos penales contra ellos mientras no hagan nada malo, y los que lo hacen son castigados por el sistema judicial. Ahora bien, en su mayor parte, es prudente decir que esto es así. Los delincuentes son tratados (aunque no siempre mediante el encarcelamiento) y para la mayoría de los ciudadanos respetuosos con la ley la visión de cuatro paredes grises y barrotes está lejos de la mente de cualquiera. Sin embargo, con un rápido vistazo a Internet se puede ver que, por desgracia, no es así y que el sistema judicial a veces simplemente no funciona tan eficazmente como nos quieren hacer creer. La injusticia ha sido un problema menor pero intermitente dentro del sistema desde que existe la propia ley, y hoy en día es tan llamativo como siempre. En esta obra se abordarán muchas cuestiones centrales, como la forma en que se producen los abortos involuntarios en primera instancia y las posibles maneras de prevenirlos.