Estos pobres versos, sin m trica ni rima, han nacido fruto del dolor m s profundo, la rabia vertiginosa y la tristeza inclemente, casi rozando la locura en que me sumergi la muerte de mi marido, mi amigo, mi amante, mi segunda piel, despu s de dieciseis meses de lucha cuerpo a cuerpo, de poder a poder, contra una enfermedad maldita.Con ellos he aprendido a sobrevivir a la vida de despu s, regatear a la soledad, volver a conocerme, reinventarme y mantenerme en pi .El atrevimiento de hacerlos p blicos ha sigo como un salto al vacio, un grito a los cuatro vientos de mis sentimientos al desnudo. Una ef mera esperanza de qu all donde est , sepa que le he amado, le amo y le amar hasta el dia que alcance el otro lado del espejo.