"Un trabajo monumental", ha dicho Enrique V. Iglesias, ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (1988-2005) y presidente de la Fundaci n ASTUR. Es as "por muchos motivos. Pero especialmente por haber ubicado el papel de la tercera edad en la evoluci n del mundo actual y su futuro". El autor, reconocido experto latinoamericano en seguridad social, aborda los cambios que vidas cada vez m s extensas implican a nivel individual, laboral y econ mico. El envejecimiento es una excelente noticia, no es una cat strofe ni una bomba de tiempo. Presenta desaf os y abre oportunidades.Seg n el historiador y polit logo Gerardo Caetano, "...el autor nos invita a un viaje apasionante, a trav s del que nos describe (con la persuasividad de la fundamentaci n erudita y de registrar "lo concreto") una trayectoria de an lisis con temas tan convocantes como dif ciles: los "nuevos viejos" y su vida real; la transformaci n radical en la forma de "dividir" y de "pensar" el camino vital... las posibilidades efectivas de un "trabajador senior", en el que se conjuguen bien los patrimonios materiales e inmateriales con los que se llega a la madurez..."Una segunda tendencia que signar el futuro es el de la segunda era de las m quinas. Para muchos estamos en un punto de inflexi n similar previo a la primera Revoluci n industrial, con su s quito de problemas sociales, ambientales y pol ticos, incluyendo revueltas y violencia. Pasaron m s de dos generaciones para ver la enorme prosperidad que gener . Est en entredicho el empleo, principal forma de distribuci n de ingresos y estructurador de la vida diaria desde hace un par de siglos. No hay certezas sobre c mo ser el trabajo del futuro. Seguramente ser m s inestable, m s aut nomo, m s presente a edades mayores y con requerimientos de recalificaci n permanentes. En ese marco, el autor presenta la obsolescencia laboral como un nuevo riesgo social que deber ser enfrentado con pol ticas novedosas y el edadismo, como una forma de discriminaci n a desterrar.La tercera megatendencia es el crecimiento de la desigualdad. Una nfima minor a de ganadores concentra una enorme parte de la riqueza global. No menos de dos d cadas de estancamiento salarial est n en la base del descontento y malestar que llevaron al triunfo de Trump, al Brexit y a los chalecos amarillos franceses. En Chile el estallido callejero tom por sorpresa a la lite empresarial gobernante. Nada hace pensar que la desigualdad vaya a ceder en el corto plazo, por el contrario, es de esperar que se acent e, como consecuencia de los avances en ingenier a gen tica, algunos ya disponibles. Sistemas de pensiones con financiamiento fiscal y edades homogeneas de retiro que desconozcan las desigualdades en la esperanza de vida pueden acentuar esas desigualdades.La seguridad social fue responsable de generar sociedades cohesionadas y estables en la segunda mitad del siglo pasado. Terci con vigor en beneficio la emergente clase media. El siglo XXI sigue requiriendo de ella; pero es necesario protegerla de sus m s fervorosos; los partidarios de dise os adecuados a un mundo y una demograf a que ya no existe. Cu l es su papel en el nuevo contexto? C mo dar seguridad econ mica a m s viejos, con menos j venes, durante m s a os? Qu otros desaf os surgen de las tres megatendencias? El libro repasa los fundamentos y las experiencias m s exitosas en lograr sistemas de pensiones equilibrados y eficientes. Ofrece tambi n una nutrida caja de herramientas para dise os adecuados al contexto demogr fico, socio econ mico y tecnol gico de las pr ximas d cadas.Finalmente, dedica 3 de los 14 cap tulos del libro a la realidad de la seguridad social uruguaya, uno de los pa ses cuya legislaci n social fue pionera un siglo atr s. Analiza los principales hitos de su evoluci n, la actual problem tica y hace propuestas muy espec ficas, seguramente controvertibles, a partir de un conjunto de p