La poesía es la mayor aspiración a la libertad. Es útil para la elevación espiritual. La esencia del pensamiento poético es explorar la vida interior y el mundo exterior para ilustrar nuestras aspiraciones secretas. La poesía tiene una finalidad propia, quiere ser expresión de la vida, visión de un mundo y se justifica por la necesidad de que el hombre se conmueva, se cuestione a sí mismo y a sus legítimas vivencias. La mistificación esconde la búsqueda de lo absoluto y la búsqueda de una alta espiritualidad. La fascinación por la vida en sí, este mundo estrictamente invisible pero que vive en la intimidad absoluta de un ser pensante, misterioso, excitante y dinámico, a menudo impenetrable, toma prestadas las palabras del lenguaje para expresarse. Es constante y fácil ver que la observación de los fenómenos externos aporta una dimensión existencial a la expresión poética. La poesía expresa una búsqueda desesperada de Dios realmente presente en el imaginario colectivo. Quiere ser tanto de día como de noche, fervor y angustia. Es un anhelo emocional por lo absoluto, por la verdad, la justicia y el conocimiento de todo lo que nos obsesiona y fascina.