Este libro analiza el papel de la iglesia en la sociedad, especialmente en la sociedad nigeriana. El autor presenta una serie de cuestiones, como cuál es el papel de la iglesia en nuestra sociedad; si debería existir alguna relación entre el Estado y la iglesia para el desarrollo de la sociedad y cuál podría ser el efecto de dicha colaboración en caso de que la hubiera. Explorando las cuestiones a través del prisma bíblico, la historia de la Iglesia y el análisis sociológico, el autor expone un poderoso argumento teológico a favor de la participación de la Iglesia en las sociedades en las que está llamada a dar testimonio, especialmente en un entorno democrático. Basándose en una sólida erudición, ofrece una serie de sugerencias prácticas bien pensadas sobre cómo deben interactuar la Iglesia y el Estado. Defiende la implicación de la iglesia como institución en los servicios a la humanidad, el desarrollo educativo, el desarrollo espiritual y moral y el desarrollo social y ético. Es comprensible y eficaz que se haga especial hincapié en Nigeria, una nación que el autor conoce bien. Al elegir Nigeria como una especie de caso histórico, el caso general más amplio recibe una ilustración particular y penetrante que refuerza su argumento más amplio.