Como derecho fundamental se establece que cualquier procesado, como regla general, no deber a tener alguna restricci n de sus derechos salvo en los casos excepcionales que se establezca en la norma. Una de dichas restricciones, en este caso, es contra libertad personal, que consiste en la aplicaci n de una medida coercitiva personal, como es la prisi n preventiva, cuya esencia se ha visto desnaturalizada, por diversos factores, entre los cuales destaca la presi n medi tica (juicio paralelo), que encuentra un respaldo en la ciudadan a, la cual est invadida por el miedo y la zozobra que produce la inseguridad. En esa misma l nea, se puede afirmar que dicha medida coercitiva se viene aplicando en el Per de manera inmoderada, lo que ha ocasionado que ella se transforme en un ordinario mecanismo represivo de facto. Frente a esta problem tica, se realiza un an lisis desde la perspectiva pol tico criminol gica de una muestra v lida y fiable de aquellas resoluciones judiciales que disponen la prisi n preventiva, as como de la influencia medi tica que ejerce presi n en el criterio del magistrado para tal efecto.