La transición energética es un cambio estructural importante en un sistema energético. Históricamente, existe una correlación entre el aumento de la demanda de energía y la disponibilidad de diferentes fuentes de energía. La transición actual hacia las energías renovables, y quizás otros tipos de energía sostenible, difiere ya que está impulsada en gran medida por el reconocimiento de que las emisiones globales de carbono deben ser llevadas a cero, y dado que los combustibles fósiles son la mayor fuente de emisiones de carbono, la cantidad de combustibles fósiles que pueden producirse está limitada por el Acuerdo de París COP21 de 2015 para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C. En los últimos años se ha acuñado el término transición energética en el marco de un avance hacia la sostenibilidad mediante una mayor integración de las energías renovables en el ámbito de la vida cotidiana.