La angustia por el cáncer, el sexto signo vital, es una experiencia universal relacionada con el cáncer y una cuestión de derechos humanos. Es una realidad polifacética con la indiscutible ventaja de "recordarnos que las personas con cáncer son seres humanos". El cáncer, una forma de vida no regulada, se lanza al ataque del cuerpo, pero desde el mismo momento en que la persona afectada es consciente de ello, los efectos devastadores del cáncer empiezan a actuar también en la vida psicológica y social de la persona. El cáncer puede convertirse fácilmente en algo emocional y cargado de prejuicios debido a la culpa, el castigo, la expiación y la imagen de la muerte asociada a la naturaleza maligna. Para algunos, la experiencia del cáncer tiene un impacto significativamente negativo en la salud mental y el bienestar, mientras que para otros tiene un resultado psicológico y social positivo, incluyendo la supervivencia. Al examinar el malestar emocional y la calidad de vida de los pacientes con cáncer, partimos de la interacción de los factores somáticos, psicológicos y sociales. Los niveles de necesidades psicosociales desatendidas en los pacientes con cáncer alcanzan un nivel alarmante en Rumanía. El sistema sanitario público rumano no puede ofrecer de ninguna manera una atención psicosocial de calidad a los pacientes con cáncer, ya que no se evalúa el malestar por el cáncer.