El Derecho constitucional se internacionaliza, las constituciones se normalizan, el Estado de Derecho como protector de los derechos subjetivos se universaliza y la justicia constitucional se abre paso cada vez más en los distintos sistemas políticos de los Estados. El control constitucional se ha convertido en un símbolo del buen funcionamiento de las instituciones estatales. En el contexto de la globalización de la legitimidad democrática, se está convirtiendo en el criterio de credibilidad política. Túnez no ha fracasado en este movimiento. Las distintas revisiones constitucionales y legislativas a partir de los años 90 pretenden llevar a cabo las reformas necesarias para responder a estas exigencias. El Consejo Constitucional tunecino se acerca progresivamente al modelo de "justicia constitucional", y la Constitución tunecina de 1959, medio y fin de este proceso de modificación, sigue siendo el centro de interés y el fundamento en el que se basa el juez de constitucionalidad para derivar y deducir todas las normas de referencia. Estas normas son de naturaleza jurídica diferente y se sitúan en niveles jerárquicos distintos.