La incorporaci n de la mujer almundo laboral es uno de los grandes logros sociales del siglo XX. Susconsecuencias se han reflejado en todos los mbitos de la vida y han tenidorepercusiones en todos los niveles, especialmente en el ling stico. No muy atr squedan los tiempos en los que la Real Academia Espa ola defin a las variantesfemeninas coronela como "la esposadel coronel" y m dica como "la esposadel m dico". La presencia de la mujer en profesiones que, hasta hacerelativamente poco, eran patrimonio exclusivo de los hombres ha generadodebates de gran inter s. Uno de los m s recientes en espa ol fue el que surgi en torno a la designaci n de Angela Merkel como la cancillera o la canciller deAlemania. En esta situaci n, que noten a precedentes en los gobiernos de ninguno de los pa ses del mundo, lalengua espa ola opt por la forma masculina precedida del art culo femenino la, aceptada desde el principio por losmedios de comunicaci n y por las autoridades ling sticas.