El desarrollo de nuevas tecnologías de administración de fármacos y su utilización en el desarrollo de productos es fundamental para la supervivencia de las industrias farmacéuticas, independientemente de su tamaño. Cuando un fármaco se acerca al final de su vida útil, es habitual que los fabricantes de productos farmacéuticos desarrollen un fármaco determinado en una forma farmacéutica nueva y mejorada. Una nueva forma farmacéutica permite al fabricante ampliar la exclusividad del mercado, la diferenciación del producto único, la ampliación de la línea de productos de valor añadido y la protección de la patente, al tiempo que ofrece a su población de pacientes una forma farmacéutica más conveniente. Esto conduce a un aumento de los ingresos, a la vez que se dirige a ipoblaciones de pacientes insuficientemente atendidas y tratadas. Los comercializadores construyen una mejor imagen de marca y de empresa cuando ofrecen una forma única más fácil de tomar que satisface la necesidad de una población de pacientes desatendida.