La mitocrítica que Virginie Konandri despliega en su progresión es de obediencia durandiana y bruneliana. Con Gilbert Durand, se propone establecer símbolos, esquemas y arquetipos como base de la creación literaria, en diversos regímenes, entre africanos y europeos. Rastreando los mitos existentes, muestra a su vez cómo el mito se licúa para inundar el texto literario, cómo, a través de sus índices, emerge y se señala en lo literario y, por último, cómo el mito impulsa toda su significación y codifica semánticamente la Literatura. Esta segunda parte del libro consagra el enfoque de Pierre Brunel. Al integrar estas dos facetas de la mitocrítica en su enfoque metodológico, Virginie Konandri reflexiona tanto sobre las fuentes de la creación literaria como sobre su progresión. El mito se presenta entonces en su estudio como el origen y la finalidad de lo literario. Aplicando rigurosamente esta lectura a las identidades en la literatura, la autora demuestra que la identidad es una construcción de lo imaginario y de la pretensión.