Julio Arauzo, se embarca, 8 a os despu s, en una investigaci n compleja. Las desapariciones de unos jovenes dejan un ligero rastro que s lo es apreciable por la perspicaz suspicacia de Julio. Nadie le da cr dito hasta que pronostica los siguientes sucesos que se van a ir dando en los d as pr ximos. Una de las personas con las que comparte sus pesquisas, el abogado Gerardo Mart nez Espada, acepta la l nea de investigaci n sin fisuras y lo ayuda a profundizar. Santi y Marti, sun antiguos compa eros, se involucran de manera forzada, aunque tampoco muestran demasiados remilgos, dando luz a todas las dudas sobre las que Julio fija su atenci n. Un mundo perverso, complejo y desalentador, se va abriendo camino ante la atenta mirada de Julio, que es el nico que percibe lo siniestro que se muestra ante l. Juli n Gal n, Santiago Soler, Fernando Ferrand y Tom s Tiredeau, se interponen entre Julio y el caso, en el momento m s delicado, para dar al traste con toda la investigaci n.