El éxito y predominio de los plásticos a partir de principios del siglo XX ha causado amplios problemas medioambientales, debido a su lenta tasa de descomposición en los ecosistemas naturales. Hacia finales del siglo XX, la industria del plástico promovió el reciclaje para aliviar las preocupaciones medioambientales mientras seguía produciendo plástico virgen y para hacer recaer sobre el consumidor la responsabilidad de la contaminación por plásticos. Las principales empresas productoras de plásticos dudaban entonces de la viabilidad económica del reciclaje, y ésta nunca ha mejorado. La recogida y el reciclado de plásticos es en gran medida ineficaz debido a que no se han resuelto las complejidades contemporáneas de la limpieza y la clasificación de los plásticos postconsumo para su reutilización efectiva. La mayor parte del plástico producido no se ha reutilizado, sino que se deposita en vertederos o persiste en el medio ambiente como contaminación plástica. La contaminación por plásticos se encuentra, por ejemplo, en las principales masas de agua del mundo, creando manchas de basura en todos los océanos del planeta y contaminando los ecosistemas terrestres. De todo el plástico desechado hasta ahora, alrededor del 14% se ha incinerado y menos del 10% se ha reciclado.