Los niños de la calle, comúnmente conocidos como ''phasers'', shegues en la RDC, constituyen una subclase en la sociedad no sólo del Congo, sino de todo el mundo. Ayer niños de la calle, hoy padres de la calle. Esta categoría constituye un peligro permanente que siembra la desolación y el terror en nuestras calles y especialmente en las ciudades o centros urbanos. Ayer pasivos, hoy muy activos y presentes en el entorno público, desestabilizando el orden público. Las mujeres y las jóvenes en particular son el objetivo de estos delincuentes; se apoderan de teléfonos, dinero y otros bienes de valor sin que intervenga la policía. Crean un clima de miedo para todos los transeúntes y a todos los niveles. Violan a sus compañeras y apalean a los chicos sin ayuda de nadie, lo que justifica su integración en el sistema.