El poder, objeto de todas las pasiones violentas, ha sido desde el principio del mundo, el alfa y el omega de todas las manipulaciones. Siempre que el hombre intenta ganar su libertad, soñando con un destino diferente al suyo, las increíbles fuerzas del caos se ponen en movimiento para evitar que escape. En el camino, experimenta vanas distracciones y placeres fugaces. La autorrealización es una batalla cuesta arriba entre la privación y la crueldad. La corrupción se impone como una trampa, una fatalidad. El chantaje y los terrores se invitan a sí mismos a una existencia que alguna vez fue pacífica. Pero el mayor manipulador siempre está un paso por delante de sus oponentes. Una ambición suprema: ¡ganar!