Los mamíferos son reconocidos como un grupo particularmente importante en términos de valor de conservación, cuya característica general comprende la existencia de glándulas mamarias, cuerpo total o parcialmente cubierto por dientes diferenciados por: incisivos, caninos, premolares y molares, diafragma, una membrana que separa el tórax del abdomen y participa en la ventilación de los pulmones. Para que el gestor de la fauna salvaje pueda gestionar los mamíferos de forma eficaz y sostenible, debe tener la capacidad de identificarlos y comprender su biología, ya que se agrupan en pequeños y grandes mamíferos, los carnívoros y los ungulados. Los pequeños son los que pueden alimentarse de hojas de árboles, hierbas, insectos y también de algunos omnívoros. Los grandes están formados por los cinco más grandes, o los Big Five. Los carnívoros son todos aquellos con apariencia de gato y perro cuya búsqueda de alimento se realiza de forma individual o colectiva dependiendo del tipo de presa. Y, los ungulados son aquellos cuyos extremos de las garras tienen forma de pezuñas, como los antílopes, añadiendo los machetes y las cebras.