Somos testigos de una relacion sumamente estrecha; no solamente entre los personajes, sino tambien de la mente del autor, y su reaccion moral y emocional ante todas y cada una de las acciones que, suponemos, los personajes poseen, en cuanto a la libertad de accionarlos, convirtiendose este en juez y testigo de sus acciones, censurando lo censurable y apreciando lo amable de lo que, al fin y al cabo, es su propia creacion. De esta manera, el lector olvida un poco el proceso creativo y su origen, sintiendo a cada personaje como un ente vivo, en contraposicion con las continuas referencias del autor, y su intromision en la narrativa. Esto es un juego sumamente interesante de parte del autor, convirtiendo la lectura en un proceso tanto satisfactorio como inteligente."