Nuestro mundo es propenso a conflictos que, si no se controlan en la reconciliación, pueden tener graves repercusiones para la humanidad. Donde hay conflicto, hay desprecio, malicia, odio, celos e intereses propios. Si la reconciliación ha permanecido a menudo como un producto de la imaginación en la memoria de algunas víctimas, este libro, a través de sus mecanismos, hace una representación diferente de ella, aportando experiencia a esta norma, a menudo ridiculizada por los victimarios. Llama claramente la atención sobre la lucha contra el belicismo y la intolerancia comunitaria, posicionándose contra la guerra y contra todos aquellos que, en su interés egoísta, incitan a la gente a la guerra. La reconciliación es una condición sine qua non para lograr una vida libre de luchas y conflictos. Este lenguaje de la reconciliación, sinceramente expresado, muestra la pertinencia del poder de la palabra para desarmar los corazones, por una parte, para darle sentido a fin de facilitar su apropiación e identificar su alcance en el restablecimiento de la paz, por otra.