Barcelona entre 1929 y 1939 es un lugar especial, crisol de experimentos pol ticos que atraen a intelectuales europeos y americanos de la talla de Hemingway, Malraux, Orwell y Neruda. Miguel Lluch es uno de los pocos testigos vivos de este per odo de la historia reciente Espa ola. Aqu narra los recuerdos de su ni ez y adolescencia, desde los proleg menos de la Segunda Rep blica hasta el final de la Guerra Civil Espa ola. Cuenta c mo siendo ni o mimado de una familia de la burgues a catalana, a los trece a os se ve obligado a vestir con mono de trabajo para ayudar a mantener a su familia, limpiando brochas como aprendiz en el sindicato UGT de pintores. Grandes dibujantes y cartelistas, entre ellos Emilio Freixas y Henry Ballesteros descubren que tiene talento y se lo llevan al Sindicato de Artes Gr ficas. All participa en uno de los grandes proyectos culturales de la poca republicana de Catalunya, dibujando los personajes para la maqueta de la pera Pedro Mari. Lluis Companys, el Presidente de la Generalitat de Catalunya, acude al estreno y felicita personalmente a Miguel con las palabras: "Ni os como tu har n Catalunya grande". De la mano de artistas como Gerardo Lizarraga, Paco Rivera y Jos Fogu s pasa a trabajar en Ediciones Antifascistas Films, una productora de cine de propaganda socialista con la que no s lo llega a documentar escenas del frente, sino tambi n a colaborar en la pel cula surrealista Don Do-Re-Mi-Fa-So-La-Si-Do, uno de los escas simos largometrajes que se ruedan en zona roja durante la guerra civil. El siempre dif cil paso de ni o a adulto, Miguel lo da en plena guerra civil entre delatores, hambre, bombas y muertos; pero aqu l tiempo tambi n era cultivo de una extraordinaria solidaridad y camarader a.