La nefritis por poliomavirus (NVP) es una de las complicaciones víricas más frecuentes en el trasplante renal. En más del 97% de los casos está causada por el virus BK en el contexto de la nefritis por el virus BK y en menos del 2% por el virus JC. La PVAN provoca la pérdida del injerto en un 30-80% de los casos. Por lo tanto, es necesario un diagnóstico precoz para modificar el tratamiento inmunosupresor y evitar la pérdida del injerto. El diagnóstico de la NAVP es histológico y combina la inflamación túbulo-intersticial y un efecto citopático vírico en forma de inclusiones nucleares de las células tubulares. La infección de las células tubulares puede destacarse por la evidencia inmunohistoquímica de la expresión del antígeno viral Sv-40. La NAVP presenta similitudes histológicas con el rechazo celular agudo, pero los tratamientos resultantes son diametralmente opuestos. Una requiere una disminución de la inmunosupresión, mientras que la otra requiere un aumento de la inmunosupresión, por lo que el diagnóstico precoz y preciso es un reto importante.