"¡Tu hijo es muy sensible!" - ¿Y qué? ¿Qué tiene de malo? Puede que tu hijo incluso pertenezca al grupo de personas muy sensibles. Pero, por desgracia, "ser sensible" suele pronunciarse con un matiz negativo. Puede que te hayas dado cuenta de que tu hijo percibe determinados estímulos, no importa a qué nivel, con especial intensidad o incluso con más facilidad que tú. También puede ser que tu hijo se retraiga más a menudo, quiera estar solo o grite y se enfurezca de un segundo a otro. ¿Pero esto convierte a tu hijo en un "niño muy sensible"? Y si es así, ¿cómo puedes afrontarlo y acompañarlo y apoyarlo en su especial vida emocional? ¿Se educa de forma diferente a un niño muy sensible? Las preguntas relativas a la vida cotidiana en un jardín de infancia o a la experiencia escolar de los niños altamente sensibles también tienen respuesta en este libro. Además, entras a formar parte de un proceso que empieza contigo misma y que pretende acercarte a tu hijo.