Nietzsche denuncia la naturaleza monstruosa del Estado moderno. Esta monstruosidad se basa en sus mentiras. Su demagogia es el hecho de que dice venir del pueblo, ser su emanación. En realidad, la figura del Estado moderno se basa en la manipulación del pueblo para sus propios fines egoístas. El Estado moderno impone una carga al pueblo y destruye cualquier intento de superación. Así se compromete la felicidad del pueblo. Los ejemplos en África son testigos de la cara de este ¿monstruo fríö. Para Nietzsche, el Estado moderno no tiene legitimidad. De ahí el sueño de una nueva institución que fomente y proteja el florecimiento del hombre. Nuestro objetivo, a través de este libro, ha sido exponer la mediocridad de las personas, en el estado moderno, y las soluciones que propone Nietzsche.