La magnetita arqueal y los porfirios pueden mediar en la percepción cuántica y extrasensorial. Las ondas gravitacionales y antigravitacionales o los campos de pensamiento están estructurados en el cerebro por la red de porfirios de formación reticular. Las ondas antigravitacionales pueden considerarse como el inconsciente colectivo. Las ondas gravitacionales pueden así funcionar como un campo de pensamiento o campo subcuántico en el que las partículas como neutrones, electrones, bosones, quarks, fermiones pueden entrar y salir de las ondas a las partículas. El campo de pensamiento de la gravedad funciona como el observador universal y trae a la existencia el mundo particulado de la materia. Las ondas gravitacionales pueden formar ondas de presión que pueden crear sonidos gravitacionales. Estos sonidos del pensamiento pueden sufrir soni-luminiscencia creando fotones y radiación electromagnética la base del mundo de la materia. Así, el campo de pensamiento de la gravedad y la materia están unificados. El pensamiento consciente e inconsciente subyace en el mundo de la materia.