Diabetes y perfil lipídico.UsuarioLa diabetes mellitus (DM) se caracteriza por hiperglucemia persistente y alteraciones en el metabolismo de carbohidratos, lípidos y proteínas causadas por anomalías en la producción de insulina, en la acción de la insulina o en ambas. La diabetes de tipo 2 afectó a aproximadamente 462 millones de personas en 2017, lo que representa el 6,28 % (el 4,4 % de las personas de 15 a 49 años, el 15 % de las de 50 a 69 años y el 22 % de las mayores de 70 años), o una tasa de prevalencia de 6059 casos por cada 100 000. Con toda seguridad, la diabetes será la principal causa de enfermedad y mortalidad a medida que aumente su prevalencia en todo el mundo. La hiperglucemia crónica relacionada con la diabetes está vinculada a daños, disfunciones y alteraciones a largo plazo en el funcionamiento de múltiples órganos, entre los que destacan los ojos, los riñones, los nervios, el corazón y los vasos sanguíneos. Debido a las irregularidades aterogénicas y a la dislipidemia, los pacientes con diabetes de tipo 2 son más propensos a desarrollar enfermedades cardiovasculares. La dislipidemia diabética suele presentarse como niveles elevados de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C), disminución del colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL-C) o aumento de los niveles de triglicéridos (TG). La HbA1c (hemoglobina glucosilada) es una medida comúnmente utilizada para el control glucémico a largo plazo.