La incidencia de la hipertensión es bastante elevada entre la población de edad avanzada, y se ha observado que va en aumento. La mayoría de los pacientes padecen hipertensión primaria, en la que no se aprecia una causa subyacente evidente a pesar de las investigaciones detalladas. La falta de yodo en la dieta puede provocar un estado carencial de yodo, que puede causar bocio y un cuadro clínico denominado hipotiroidismo. Los niños nacidos de madres con carencia de yodo pueden padecer cretinismo, con retraso mental, baja TMB (tasa metabólica basal), pulso lento y todas las demás características que acompañan al hipotiroidismo. Por consejo de la OMS, se ha puesto en marcha un programa universal de yodación de la sal (USI) como medida correctiva, por el que sólo se suministra y utiliza sal de mesa fortificada con yodo en toda la India (y quizá en cualquier otra parte del mundo), independientemente de si una región es o no deficitaria en yodo. Definitivamente, es necesario seguir investigando, sobre todo en las regiones no endémicas de bocio, para ver si la USI está causando un aumento de la incidencia de la hipertensión. ¿Quizás se trate de un factor inocuo que se ha pasado por alto? Los autores consideran que la USI está justificada en las regiones con carencia de yodo, pero no en las que no la hay.