En la COP 27 se abrió la carrera para enviar un hombre a la Luna: fuimos, miramos atrás y nos dimos cuenta de que aún tenemos cosas importantes que hacer en la Tierra cuando, dentro de 50 años, 9.000 millones de personas vivirán en ella, lo que supondrá una gran presión para el ya empobrecido capital natural. Además, si el mundo actual puede caracterizarse como el de "una mayoría que sobrevive y una minoría que acumula y despilfarra riqueza", es posible que en los próximos 50 años -si la prosperidad, la creación de riqueza en el mundo y la consecución de los ODM se prevén con una perspectiva optimista- el afán de lucro se convierta en el motor dominante, y la capacitación y la creación de empresas sustituyan a la actual dependencia de la ayuda y la filantropía.