Extras
capítulo 1secreto número 1Pon cabeza abajo todo lo que siempre pensastesobre hacerse ricoSe atreve a ser un tonto y ése es el primer paso en dirección a la sabiduría.—James Gibbons HunekerLa prueba del Idiota RicoTe daré un vistazo de mi famosa prueba del Idiota Rico. Adelante. Empieza.1. ¿Cómo pones una jirafa en el refrigerador?2. ¿Cómo pones un elefante en el refrigerador?3. El Rey León es el anfitrión de una conferencia animal. Todos los animales asisten a la conferencia excepto uno. ¿Qué animal no está?4. Tienes que cruzar un río. El río está lleno de cocodrilos peligrosos. No tienes bote. ¿Cómo lo logras?¿Quieres saber cómo te fue? ¿Qué tan cerca estás de convertirte en un Idiota Rico? Sigue leyendo.Los escenariosNos ha pasado a todos. Estás atorado en el único carril que no se mueve cuando un tipo te rebasa en un Cadillac o un Porsche último modelo. Su Rolex brilla. De repente, lo reconoces: Es el idiota que reprobó en tu escuela. Tú estudiabas mucho y sacabas puras buenas calificaciones; ahora estás sentado en un automóvil que ya tiene ocho años y usas una baratija de reloj. En ese momento te preguntas: “Si soy tan listo, ¿cómo es posible que ese idiota sea rico y yo no?”.O qué tal esto: Tomas una copia del periódico local y ves la foto de un tipo que se está dando la mano con el gobernador. Parece que convirtió su negocio “inexistente” en una empresa con solidez. Ahora tiene intereses en toda ciudad importante en el estado y aproximadamente cinco mil personas trabajan para él. Entonces te das cuenta de que se trata de ese niño al que siempre le daban mal el cambio cuando reunía el dinero para el periódico. A ti nunca te daban mal el cambio. Sin embargo, ahora la única persona que te da la mano es el empleado del supermercado encargado de saludar a los clientes. Te preguntas: “Si soy tan fiable, ¿cómo es posible que ese idiota sea rico y yo no?”.O esto: finalmente compraste tu primera casa. Tú y tu esposa apenas pueden hacer los pagos si ambos trabajan tiempo completo y dejan de lado cualquier idea de formar una familia. Un día tus amigos te llevan arrastrado a una junta sobre una oportunidad de negocio con otros trescientos esperanzados que quieren llegar a ser ricos. Entonces te das cuenta de que el tipo que está parado en el escenario echándole billetes a la multitud es el hijo de la vecina de tu mamá que siempre estaba pidiendo dinero a todo el mundo para comprar dulces porque nunca tenía un quinto. Tú nunca has pedido nada prestado (ni un centavo) ni una vez. Siempre has pagado lo tuyo. Y ahora luchas por llegar a fin de mes y lo único que tienes en el bolsillo son unos pesos y tu moneda de la suerte. No puedes evitar preguntarte: “Si yo siempre fui tan cuidadoso con el dinero, ¿cómo es posible que ese idiota sea rico y yo no?”.Y qué tal ésta: estás parado en la fila para pagar en el supermercado y echas un vistazo a las portadas de las revistas, pensando en que tegustaría comprar algunas, pero andas corto de efectivo en ese momento. Ahí, en la portada de una revista de gente de la alta sociedad de repente la ves, una pequeña foto que luce familiar. Tomas la revista y la hojeas hasta llegar a la página. Obviamente, hay una larga historia sobre una mujer que acaba de donar una fortuna a una organización que ayuda a las mujeres a construir negocios. Sigues leyendo. Resulta que se convirtió en diseñadora de modas, creó un exitosísimo emporio de ropa por Internet y adoptó a tres huérfanos de países pobres. Más que eso, ¡logró todo eso a los treinta! Tú rebasas los cuarenta y uno. Lo peor de todo es que te das cuenta de que la mujer que tiene esa excelente vida era la niña rara que solías cuidar por algo de dinero. Ella es la que usaba mallas moradas con agujeros en las rodillas con una camiseta color mostaza y una camisa de pijama a rayas azules, rosas y naranjas. Tú siempre te combinaste a la perfección. Todos los atuendos que usabas estaban coordinados de manera impecable. No puedes evitar preguntarte: “Si yo siempre fui tan correcto, ¿cómo es posible que esa idiota tenga esta maravillosa vida creativa y yo esté aquí parado en la fila del súper preocupándome por el precio de un par de revistas?”.Y aquí hay una más: te acaban de ascender a vicepresidente de algún puesto valioso. Sólo te costó diez años de trabajar jornadas semanales de ochenta horas y un matrimonio, pero lo lograste. Te recompensan con un viaje a la conferencia industrial anual. Entonces tu mundo se pone cabeza abajo. Reconoces al ponente principal, es el tipo que reprobó cuando estaban a la mitad del último año de estudios. Aún peor, reconoces a la mujer que está sentada a su lado. Se salió de la escuela porque quedó embarazada. Los únicos a quienes no reconoces son los tres niños guapos que están sentados junto a ellos en el escenario. Ahora toda la familia está recibiendo una ovación de pie porque acaban de obtener un buen puesto, construir un hospital, fundar dos laboratorios y comprar leche para un país entero. Y la pareja, de quien todo el mundo dijo que no durarían ni seis meses, consiguió tener esta excelente familia y esta excelente vida. Tú, por otro lado, asististe a una excelente escuela con una beca completa y pasaste los últimos diez años tomando un curso tras otro para poder subir en la escalera corporativa. Tu esposa te pidió el divorcio hace cuatro años y ves a tus hijos un fin de semana sí y uno no por unas pocas horas. Tepreguntas: “Si yo trabajo tanto y soy tan listo, ¿cómo es posible que el Universo esté derrochando estos regalos con personas que rompieron todas las reglas? ¿Cómo es posible que esos idiotas lo tengan todo y mi familia y yo no?”.¿Qué estás haciendo mal?Conoces la pregunta: ¿Cómo es posible que ESE idiota sea rico y yo no? O dicho de otro modo: ¿Cómo es posible que ese idiota esté viviendo la vida de tus sueños y tú no, a pesar de tu inteligencia y trabajo duro? ¿Cómo es posible que ese idiota sea capaz de crear un negocio mientras tú estás desperdiciando tu vida en algún cubículo anónimo, trabajando para una corporación que estás empezando a sentir no se preocupa realmente por ti? ¿Cómo es posible que ese idiota haya sido capaz de convertir sus talentos y sus sueños en una vida de riqueza mientras tus talentos y tus sueños están guardados en el último rincón de tu clóset, junto con esos palos de golf que nunca has tenido tiempo de usar y ese traje de buzo que se está arruinando porque nunca te tomas ni siquiera un fin de semana libre, y mucho menos te consientes a ti y a tu familia con unas vacaciones en una isla tropical? ¿Cómo es posible que ese idiota sea capaz de mandar a sus hijos a las mejores escuelas mientras tú estás preocupado por pagar una escuela pública? ¿Cómo es posible que ese idiota sea capaz de proporcionar seguridad financiera a su familia mientras que tú siempre estás luchando por llegar a fin de mes? ¿Y cómo es posible que ese idiota sea capaz de marcar una diferencia real en la vida de las personas (incluso cambiar el mundo) mientras tú ahí la vas llevando, tan sólo como otro ser humano cada vez más insatisfecho, que cada vez debe trabajar más y que desea ser rico?La respuesta es tan simple que da miedo.Las cualidades que hicieron que ese chico o esa chica fueran idiotas son las mismas que los hacen ser ricos ahora. Y lo que a ti te llevó a sacar buenas calificaciones y a recibir palmadas en la espalda y todas las estrellitas es lo que te está impidiendo ser rico. ¡Tonto! ¿Y tú que pensaste que todo era trabajo duro, seguir las reglas y nunca salirte de las líneas al dibujar?¿Y qué puedes hacer entonces al respecto?Este libro puede cambiar todo eso. Puede lograr que la verdadera riqueza tenga lugar para ti, el tipo de riqueza que te permite hacer lo quequieres sin preocuparte por dinero, por cuidar a tus seres queridos y por tener suficiente como para hacer del mundo un lugar mejor para los demás. Pero primero tienes que hacerte una pregunta realmente difícil: ¿En el fondo realmente quiero ser rico?Para ser más específico, ¿estás dispuesto a hacer (o, más bien, deshacer) todas las cosas que te han impedido adquirir tu primera fortuna? ¿Estás dispuesto no a aprender, sino a desaprender, la mentalidad y hábitos de trabajo de toda una vida?Si estás listo para poner tu mundo cabeza abajo, entonces estás listo para hacerte rico con Robert.¿Por qué seguir mi guía?Porque yo mismo comencé como uno de esos “idiotas” que, mediante un proceso de ensayo y error, tuvo bastante suerte como para descubrir los siete secretos que estoy a punto de compartir contigo y como para seguirlos hacia la riqueza.Mis comienzos como Idiota RicoCrecí en Nashville, Tennessee, y asistí a la secundaria Hillwood High. No saqué puros dieces, no fui el alumno que dio el discurso de despedida, ni me llovieron becas para las mejores universidades. La realidad es que me gradué prácticamente como el peor alumno de mi grupo, probablemente en el lugar 424 de 425. Mi registro de asistencia era tan malo (en mi último año de escuela falté aproximadamente treinta y siete días seguidos) que el Comité Académico llamó para revocar mi diploma, pero era demasiado tarde. Mis propios padres ya me lo habían quitado, diciendo que no lo merecía.En realidad, mi educación no fue una pérdida total. No tenía conciencia de que mientras yo estaba reprobando esos exámenes de la escuela y la secundaria en realidad estaba puliendo lo que se convertiría en mi conjunto de “habilidades de Idiota Rico”.Verás, a la edad de quince años tomé un empleo como ayudante de mesero en un restaurante local. A los demás ayudantes de mesero les gustaba que los llamaran así. A mí no. Lo primero que hice fue cambiar mi título por “ingeniero de mantenimiento de mesas”. Oye, no te burles. Provocaba risas…y también más respeto y mejores propinas.Poco después había subido el escalón a mesero o, como yo me llamaba, “especialista en servicio de mesas”. Ahora estaba ganando más de $800 a la semana, más de lo que ganaban mis maestros en esa época.Lo que yo no sabía entonces era que las características que mostré me traerían un éxito inmenso más adelante en la vida. Por ejemplo:Quería control sobre mi ingreso.Mostré orgullo en mi trabajo y me di títulos que reflejaban ese orgullo.Valoraba el dinero en efectivo que podía ver y tocar por encima del dinero invisible de un cheque.Aprendí cómo lidiar con la gente, desde el cocinero temperamental hasta el cliente insatisfecho.Estos se convirtieron en algunos de los futuros bloques de construcción de mi propia fortuna.¿Qué hay de ti? ¿Alguna vez has gruñido por el título que ostentas y deseado que fuera más importante? ¿Alguna vez has sentido ese fajo de efectivo en tu cartera y la oleada de confianza que proporciona? ¿Alguna vez has logrado alcanzar una meta? ¿Recuerdas lo bueno que era sentir orgullo y satisfacción por tus logros? Los Idiotas Ricos lo sienten todo el tiempo y tú también puedes.