China, independiente y libre, intenta construir una paz duradera con el exterior y un desarrollo económico fenomenal, como recomendó Deng Xiaoping en los años 78. Esta "consigna" fue rápidamente comprendida y puesta en práctica por los actores políticos chinos. En el marco de su plan de acción, la República Popular China exploró el continente africano, donde estableció relaciones diplomáticas con el fin de hacer "aliados", socios comerciales y económicos. En 1983, el Reino del Medio estableció esencialmente relaciones diplomáticas con Angola, que vivía una guerra sin precedentes. Hubo algunas perturbaciones en esta relación chino-angoleña, ya que Pekín vendió municiones y armas fabricadas en China al bando de Jonas Savimbi, que luchaba contra el régimen de José Eduardo dos Santos. Pero tras la cumbre China-África de 2000 y el final de la guerra civil en Angola, en abril de 2002, hubo que reconstruirlo todo. Y fue entonces cuando Pekín concedió un préstamo financiero de 2.000 millones de dólares. Esta ayuda histórica de China a Angola sentó las bases de una relación que siguió floreciendo hasta 2010.