Las transformaciones del mercado que tuvieron lugar en la economía polaca después de 1989 han provocado muchos cambios críticos en las condiciones de gestión y funcionamiento de cada entorno social. Surgieron nuevos condicionamientos que han generado oportunidades y perspectivas optimistas para la gente, pero la realidad económica también se ha visto afectada por una serie de problemas, especialmente en aquellas comunidades donde el nivel de atraso económico y civilizacional era mayor. La disparidad de ingresos obligó a muchas personas a buscar soluciones que pudieran mejorar sus condiciones de trabajo y de vida. Dentro de los entornos económicos locales, se han ideado muchas concepciones con el objetivo de activar a grupos sociales hasta entonces pasivos. Las nuevas reglas del mercado, en el curso de su aplicación gradual, condujeron a la racionalización de muchas operaciones socioeconómicas que se esforzaban por satisfacer las necesidades cada vez mayores de los residentes. También surgió la necesidad de que el entorno económico se identificara con su entorno local, así como con las empresas e instituciones, incluidos los gobiernos municipales. Ayudó a consolidar la confianza en que en condiciones de mercado, en la mayoría de los casos, se decide "por uno mismo sobre uno mismo".