Resolver el problema de las tropas del ejército dando de baja a un nuevo lote de militares rumanos en el verano de 1947 permitiría al régimen de Bucarest retomar la cuestión de la repatriación de los prisioneros rumanos de la U.R.S.S., Las condiciones eran ahora muy diferentes, el gobierno rumano, armado con el texto del tratado que estipulaba la reducción de las fuerzas armadas rumanas, podía licenciar a los oficiales de carrera y especialmente a todos aquellos que participaron en la campaña militar en el Este. En cuanto a los prisioneros rumanos que regresaron del cautiverio soviético y que no habían sido repatriados con las dos divisiones de voluntarios, que seguían siendo opositores al régimen comunista, la mayoría de ellos debían ser apartados no sólo del ejército sino también de las demás instituciones públicas, la policía, la administración, la justicia, etc.