Esta declaración representa la política que Estados Unidos ha aplicado frecuentemente en su relación con los árabes. Sin embargo, los atentados terroristas del 11-S han tenido un impacto negativo titánico en la política estadounidense hacia los árabes, en particular hacia los musulmanes árabes, más que nunca. En la era posterior al 11-S, muchos intelectuales culturales y políticos estadounidenses producen una miríada de discursos antagónicos sobre la naturaleza del islam y el temperamento de los musulmanes árabes. Esta práctica cultural se define, en el mundo académico, como neo-orientalismo, que se caracteriza por una agresividad mucho mayor hacia el islam y los musulmanes árabes que el orientalismo tradicional. Afectados por el discurso dominante de la época, diferentes intelectuales estadounidenses lanzan una guerra cultural contra el islam y los musulmanes árabes; producen un gran número de discursos, centrados en definir el islam como la principal amenaza para Occidente en general y Estados Unidos en particular, así como en tergiversar a los musulmanes árabes como terroristas violentos. Este libro intenta hacer una lectura crítica de la (mala) representación de los musulmanes árabes en el discurso cultural estadounidense primitivo, moderno y neo-orientalista.