La inserción de México en el mercado global, ha implicado no solamente una relación comercial desigual sino importantes cambios socioculturales. Las reconfiguraciones económicas y productivas han traído de la mano nuevas formas de trabajo pero también procesos sociales y culturales complejos, en los que lo tradicional y lo moderno, lo global y lo local, adquieren una específica concreción histórica. La frontera norte de México constituye una zona en la que estos procesos son particularmente visibles y la ciudad de Hermosillo, capital del estado de Sonora, se ha convertido en un enclave estratégico para la implantación de la industria manufacturera de exportación. Actualmente, se trata de un espacio urbano dual de importantes diferencias y contrastes entre áreas dotadas de infraestructura, servicios y lugares de consumo (incluso suntuario) y áreas periféricas excluidas de los recursos básicos (inclusive de agua potable, alcantarillado y energía eléctrica). Este texto presenta los resultados de una investigación cuyo objetivo fue, precisamente, estudiar algunos de los efectos de dichos cambios, a saber: cómo la exclusión se manifiesta también en las subjetividades y en las identidades.