En las últimas décadas, el fenómeno de los niños soldados ha atraído la atención sostenida de los gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil. El objetivo principal ha sido comprender mejor el alcance de esta triste realidad y sus causas, antes de elaborar normas destinadas a proteger a los niños soldados. Las normas internacionales así elaboradas, enraizadas inicialmente en el derecho internacional de los derechos humanos, se dirigían tanto a gobiernos y grupos armados no estatales como a individuos, y establecían la prohibición de reclutar y utilizar niños soldados. Pero todas estas normas se han quedado en teoría, y miles de niños siguen siendo reclutados en el este de la RDC. Por eso pensamos que el estatuto de los niños soldados, una vez claramente definido, les permitiría beneficiarse de un doble tratamiento privilegiado, a saber, el reservado a los prisioneros de guerra en virtud de las disposiciones del DIH en su calidad de combatientes capturados o de rehenes, por una parte, y el reservado a los niños por la Convención de Ginebra: la protección especial en su calidad de personas vulnerables, por otra.