El método es una especie de "faro que alumbra" hacia una dirección determinada, pero si es cierto que "en ciencia no hay caminos reales", cabría pensar que incluso con una buena iluminación no se podría distinguir ningún camino. Entonces, ¿cómo puede decirse que el método es importante para llegar a buen puerto? Por un lado, el hecho de que exista la ciencia nos obliga a tomar una posición deductiva a modo de honor epistemológico de aquellos cánones que se han convertido en pilares del conocimiento humano. Las generaciones humanas posteriores no repiten lo ya conseguido por las anteriores, sino que se apoyan en los niveles anteriores para ascender a un escalón superior. Por otra parte, el hecho de que no existan caminos no significa que no existan senderos para el viaje científico. No real, significa que no está hecho, que hay que construirlo al andar. Supone una travesía no disponible fácticamente, pero potencialmente disponible, positivamente realizable; expresa que el objetivo, aunque en forma de borrador, se aprecia en el horizonte y puede alcanzarse. Ya el gran Aristóteles hablaba del paso de la potencia al acto.