Este estudio pretendía comprender los problemas de los hombres y mujeres refugiados mayores -de 60 años o más- para acceder a los servicios de atención sanitaria (SCS) en Uganda. En concreto, el estudio se propuso establecer qué servicios de atención sanitaria estaban disponibles para los refugiados mayores que viven en comunidades con pocos recursos, como los barrios marginales de Kampala; evaluar hasta qué punto los servicios de atención sanitaria eran accesibles para los hombres y mujeres refugiados mayores; y establecer los retos a los que se enfrentaban los hombres y mujeres refugiados mayores cuando intentaban acceder a los servicios de atención sanitaria.El estudio se basó en dos teorías: la primera fue la teoría de las capacidades, extraída de la teoría económica neoclásica propuesta por Sen Amartya en el año 1973, y la segunda fue la teoría del punto de vista feminista de Sandra Harding. En la teoría de la capacidad, los seres humanos son conceptualizados como tomadores de decisiones racionales autónomos y libres de desequilibrios de poder social. La teoría feminista, en cambio, sitúa el conocimiento y el conocedor en un contexto social. Este estudio presupone que los servicios de atención sanitaria son inclusivos, por lo que cualquier persona, independientemente de su edad y condición, puede acceder a ellos.