Ah, sí, la independencia financiera; es la realidad del mundo de hoy, todos la necesitamos en algún nivel y no se puede conseguir trabajando por cuenta ajena. Es cierto que hay trabajos bien remunerados que incluso pueden proporcionar un cierto nivel de vida. Pero el hecho es que esto no es nada comparado con la riqueza que una persona podría desarrollar trabajando por cuenta propia: de ahí la tendencia hacia el espíritu empresarial. Esta tendencia ha arrastrado a todo el mundo, incluido el farmacéutico. ¿Cómo explicar que el farmacéutico se vea arrastrado por esta tendencia, sabiendo que es una persona que contribuye en gran medida a la mejora de nuestra calidad de vida, a la protección del medio ambiente y a la creación de empleo y riqueza? Como sabemos hasta cierto punto que es gracias a los químicos que los cosméticos avanzan, que la energía toma forma a través de los biorecursos, que la agricultura mejora... la explicación más probable sigue siendo la siguiente: el puente entre el laboratorio del químico y la sociedad no existe porque, a la manera de Ernest Solvay, el químico debe emprender.