La inteligencia artificial (IA) se ha revelado como una herramienta prometedora en la atención sanitaria para el diagnóstico de enfermedades. Con la ayuda de algoritmos de aprendizaje automático, la IA puede analizar grandes conjuntos de datos de imágenes médicas, historiales de pacientes e información genética para identificar patrones y hacer predicciones precisas. La IA puede ayudar a los profesionales sanitarios a diagnosticar enfermedades como el cáncer, las cardiopatías y el Alzheimer, así como enfermedades raras y complejas difíciles de diagnosticar. Las herramientas de diagnóstico basadas en la IA pueden mejorar los resultados de los pacientes, reducir los costes sanitarios y salvar vidas.