Sin duda, somos conscientes de que la corrupción es una lacra que no perdona a ninguna sociedad e impide la verdadera Modernización de un país y lo sume en la gobernanza criminal de los contratos públicos, la mediocridad y el caos. Es decir, en el desarrollo del subdesarrollo. Sin embargo, no pretendemos resignarnos a ello como si fuera un destino inevitable. En efecto, ya es hora de ocuparse de este fenómeno pernicioso y del eje del mal de efectos nefastos que son tantos obstáculos al desarrollo e infracciones de la ley, de la ciudadanía y de las prescripciones religiosas. La contratación pública es el ámbito más señalado por la falta de Ética e Integridad. La OCDE la considera el área más vulnerable a la corrupción. De ahí que en estas pocas líneas presente a los lectores y actores de la contratación pública las salidas para acabar o reducir el amontonamiento de esta iniquidad social y enemiga del desarrollo. Por su magnitud, la lucha contra la corrupción se ha convertido en un asunto de Estado, que Su Excelencia el Presidente de la República ha recordado en varios de sus discursos.