El trabajo en equipo es una exigencia institucional muy fuerte. Sin embargo, pronto nos damos cuenta de que existe un desfase entre las prescripciones ministeriales y las prácticas sobre el terreno, aunque la inspección evalúe el trabajo en equipo. De hecho, no basta con reunir a los equipos para que trabajen en equipo. Los profesores están muy apegados a su polivalencia y a su libertad pedagógica. Lamentan que el tiempo sea evanescente y que los espacios no sean propicios a la agrupación. Sin embargo, esta exigencia de polivalencia constantemente renovada y el deseo de garantizar el éxito de todos los alumnos darán lugar a asociaciones cada vez más frecuentes que desembocarán en formas de colaboración. Para que este trabajo colaborativo sea sostenible, es necesario inventar herramientas de regulación y sostenibilidad, explicadas en módulos de formación, para poder prosperar en esta forma de trabajo y mejorar el clima escolar. Los beneficios serían aún mayores para el éxito de los alumnos.