Durante mucho tiempo, la cirugía fue el principal y único tratamiento de la tuberculosis antes de la aparición de los fármacos antibacilares. Hoy en día, el tratamiento es esencialmente médico. Aunque la cirugía es cada vez menos frecuente en el tratamiento de la TBC, sigue siendo una opción terapéutica ante la aparición de formas bacterianas multirresistentes y la persistencia de secuelas tuberculosas. La cirugía puede estar indicada con fines diagnósticos (punción, biopsia) o terapéuticos (drenaje, escisión, resección). Además, la creciente incidencia de la inmunodepresión por VIH y el riesgo de recidiva de la TBC representan un tema de actualidad para la cirugía torácica. En los últimos 30 años, la cirugía torácica ha evolucionado enormemente, disponiéndose en la actualidad de técnicas más sofisticadas y menos invasivas, como la cirugía videoasistida. Para los pacientes que requieren cirugía, el tratamiento multidisciplinar es esencial. La coordinación entre el anestesista, el cirujano y el neumólogo es esencial.