El papel indispensable de las artes visuales en el Oriente musulmán era esencialmente la autoidentificación del pueblo. A través del poder y el lenguaje del arte, millones de musulmanes y no musulmanes han podido verse y reconocerse. Sentían los valores tradicionales que eran su herencia espiritual. En el siglo XIX, millones de campesinos, trabajadores y ciudadanos musulmanes pudieron ver por primera vez la imagen del gobernante, el poder y la importancia del Estado en el que vivían en los periódicos, los libros, los carteles y las señales de las calles. La imagen del gobernante, el príncipe, el kan y el sultán, que se imaginaba como "divina" para miles de personas, se "humanizó" a través de los medios de comunicación. El poder del arte y la artesanía puede cambiar la mentalidad y provocar un cambio revolucionario en la forma de pensar y ver el mundo. Otro factor importante que llama la atención es el deseo de los musulmanes de expresarse a través del arte y de formar parte de la civilización mundial. Esto se refleja en las obras de los artistas contemporáneos de Oriente.