La urbanización se considera uno de los mayores retos a los que se enfrenta el mundo hoy en día. Se calcula que actualmente más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas y se espera que esta proporción aumente en un futuro próximo. Por lo tanto, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se centra en el desarrollo urbano, es decir, el Objetivo 11, que pretende "lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles". En materia de vivienda, la meta principal de este objetivo es "garantizar el acceso de todos a una vivienda adecuada, segura y asequible y a los servicios básicos, y mejorar los barrios marginales". La expansión de las zonas urbanas, con una creciente concentración de población, ejerce presión sobre las infraestructuras urbanas existentes, lo que a su vez genera problemas de escasez de vivienda, acceso inadecuado a los servicios básicos, hacinamiento, etc. Por otra parte, las ciudades tienen una capacidad muy limitada para ofrecer todas las facilidades a los inmigrantes, lo que ha dado lugar a la creación de barrios marginales.