La humanidad se enfrenta a tres retos principales. El primero, "salvar el planeta", como persiguen los 17 objetivos de la agenda 2030 de la ONU: hacer frente al cambio climático, etc. El segundo, la exploración espacial, que quizá nos lleve a Marte. El tercer reto es salvar la civilización. Este tercer reto está desatendido y descuidado, pero ocho mil millones de terrestres no pueden salvar su civilización si no comienzan inmediatamente a expandirse hacia el espacio. Expandirse en el espacio es diferente de simplemente explorar el espacio. La exploración puede ser realizada por astronautas entrenados, capaces de soportar una aceleración de 4-5G y una dura y peligrosa reentrada en la atmósfera, durante misiones cortas. Para viajar, trabajar y vivir en el espacio tenemos que salvaguardar nuestra vida y nuestra salud: protección contra la radiación cósmica, gravedad artificial, baja aceleración, reentrada segura, etc. Todo un cambio de paradigma. Me gustaría ver que no sólo la rama del turismo espacial se enfrenta a este problema. Me gustaría ver a muchas otras ramas industriales, comerciales y gubernamentales afrontar este reto: salvar a la civilización de una posible implosión, debido a los muchos problemas que tenemos en este, ahora, pequeño planeta. (De un discurso pronunciado por A. Autino en la Conferencia UNISPACE+50, en la ONU en Viena, el 19 de junio de 2018).