Dos son las cumbres m ticas de la provincia de Guadalajara, el llamado Pico Ocej n y el Alto Rey de la Majestad.Las referencias a ambos se pierden en el tiempo, que ha hecho que en los ltimos a os la fama y entorno del Pico Ocej n, debido principalmente a la arquitectura de los pueblos de su entorno, haya eclipsado de alguna manera a la monta a m gica por excelencia de la provincia, y quiz de alguna manera de las lim trofes de Segovia y Soria.El Alto Rey ha sido, en el transcurso de los siglos, un punto de referencia para los pueblos comarcanos, en historia y religiosidad. Historia por lo que representa su cima y religiosidad por la ermita que en l levantaron, quiz en los a os de la Reconquista, monjes habitualmente tenidos como "templarios".A lo largo del siglo XIX y comienzos del XX la literatura de viajes dej obras se aladas, y una de las rutas principales de la provincia de Guadalajara siempre llev a conocer esta monta a m gica, con sus pueblos pobres y sus leyendas.Son numerosos los escritos, y escritores que alcanzaron la cumbre y nos dejaron sus relatos, desde Manuel P rez Villamil al Doctor Kaestner, Men ndez Ormaza o, como no, Juan Catalina Garc a L pez. Entre unos y otros, numerosos periodistas y literatos de dentro y fuera de Guadalajara.Como continuaci n al ya publicado relato de Manuel P rez Villamil y su "Viaje al Alto Rey", iniciado desde Sig enza y que llev a cabo por la zona de Atienza, publicamos ahora este, de Juan Catalina Garc a, iniciado en Espinosa de Henares y llevado a cabo por la otra cara del Monte, a trav s de Hiendelaencina.Se public , este Viaje al Alto Rey, en numerosos peri dicos de la poca, a manera de art culos, y en conjunto, en el libro homenaje que tras su fallecimiento fue editado y que llev por t tulo: "Vuelos Arqueol gicos", que vio la luz en Madrid, en el mes de septiembre de 1911.