Yo No Vengo A Decir un Discurso
Autor Gabriel Garcia Marquezes Limba Spaniolă Paperback – 31 oct 2010
Los textos que Gabriel García Márquez ha reunido en este libro fueron escritos por el autor con la intención de ser leídos por él mismo en público, ante una audiencia, y recorren prácticamente toda su vida, desde el primero, que escribe a los diecisiete años para despedir a sus compañeros del curso superior en Zipaquirá, hasta el que lee ante las Academias de la Lengua y los reyes de España al cumplir ochenta años.
Estos discursos del premio Nobel nos ayudan a comprender más profundamente su vida y nos desvelan sus obsesiones fundamentales como escritor y ciudadano: su fervorosa vocación por la literatura, la pasión por el periodismo, su inquietud ante el desastre ecológico que se avecina, su propuesta de simplificar la gramática, los problemas de su tierra colombiana o el recuerdo emocionado de amigos escritores como Julio Cortázar o Álvaro Mutis, entre otros muchos.
El lector tiene entra sus manos el complemento indispensable a una obra narrativa que nos seguirá hablando en un largo porvenir.
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“What am I doing here on this perch of honor, when I have always considered speeches the most terrifying of human obligations?”
The speeches that Gabriel García Márquez has gathered in this collection were written by the author with the intention of being read by him before an audience, and span the course of nearly his entire life; from the first, a farewell written at seventeen to his fellow students at Zipaquirá, to his appearance before the Spanish-language Academies and the kings of Spain on his eightieth birthday.
Combined, these speeches provide a more profound understanding of the life of this Nobel Prize winner, revealing his fundamental creative and civil obsessions: his intense aptitude for literature and writing; his passion for journalism; his concerns over looming environmental dangers; his proposal for the simplification of grammar; the problems facing his beloved Colombian homeland; and the loving memory of fellow writers like Julio Cortázar and Álvaro Mutis, among many others.
In Yo no vengo a decir un discurso (I did not come to give a speech), the reader holds in his/her hands the essential complement to a body of work that will continue speaking to us for a long time to come.
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Specificații
ISBN-13: 9780307743459
ISBN-10: 0307743454
Pagini: 151
Dimensiuni: 135 x 201 x 13 mm
Greutate: 0.18 kg
Editura: Vintage Books USA
ISBN-10: 0307743454
Pagini: 151
Dimensiuni: 135 x 201 x 13 mm
Greutate: 0.18 kg
Editura: Vintage Books USA
Notă biografică
Gabriel García Márquez, nacido en Colombia, es una de las figuras más importantes e influyentes de la literatura universal. Ganador del Premio Nobel de Literatura, es además cuentista, ensayista, crítico cinematográfico, autor de guiones y, sobre todo, intelectual comprometido con los grandes problemas de nuestro tiempo, en primer término con los que afectan a su amada Colombia y a Hispanoamérica en general. Máxima figura del realismo mágico, es en definitiva el hacedor de uno de los mundos narrativos más densos de significados que ha dado la lengua española en el siglo xx. Entre sus obras más importantes se encuentran las novelas Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba, Crónica de una muerte anunciada, La mala hora, El general en su laberinto, El amor en los tiempos del cólera, Memoria de mis putas tristes, el libro de relatos Doce cuentos peregrinos y la primera parte de su autobiografía, Vivir para contarla.
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Gabriel García Márquez was born in 1927 near Aracataca, Colombia. He was awarded the Nobel Prize in Literature in 1982. He is the author of One Hundred Years of Solitude, Love in the Time of Cholera, Living to Tell the Tale, among other works of fiction and nonfiction.
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Gabriel García Márquez was born in 1927 near Aracataca, Colombia. He was awarded the Nobel Prize in Literature in 1982. He is the author of One Hundred Years of Solitude, Love in the Time of Cholera, Living to Tell the Tale, among other works of fiction and nonfiction.
Extras
LA ACADEMIA DEL DEBER
Zipaquirá, Colombia, 17 de noviembre de 1944
Generalmente, en todos los actos sociales como éste, se designa una persona para que diga un discurso. Esa persona busca siempre el tema más apropiado y lo desarrolla ante los presentes. Yo no vengo a decir un discurso. He podido escoger para hoy el noble tema de la amistad. Pero ¿qué podría deciros de la amistad? Hubiera llenado unos cuantos pliegos con anécdotas y sentencias que al fin y al cabo no me hubieran conducido al fin deseado. Analizad cada uno de vosotros vuestros propios sentimientos, considerad uno por uno los motivos por los cuales sentís una preferencia incomparada por la persona en quien tenéis depositadas todas vuestras intimidades y entonces podréis saber la razón de este acto.
Toda esta serie de acontecimientos cotidianos que nos ha unido por medio de lazos irrompibles con este grupo de muchachos que hoy va a abrirse paso en la vida, eso es la amistad. Y es eso lo que yo os hubiera dicho en este día. Pero, repito, no vengo a decir un discurso; y sólo quiero nombraros jueces de conciencia en este proceso para luego invitaros a compartir con el estudiantado de este plantel el doloroso instante de una despedida.
Aquí están, listos para partir, Henry Sánchez, el simpático D’Artagnan del deporte, con sus tres mosqueteros Jorge Fajardo, Augusto Londoño y Hernando Rodríguez. Aquí están Rafael Cuenca y Nicolás Reyes, el uno como la sombra del otro. Aquí están Ricardo González, gran caballero del tubo de ensayos, y Alfredo García Romero, declarado individuo peligroso en el campo de todas las discusiones: juntos, ejemplares vidas de la amistad verdadera. Aquí están Julio Villafañe y Rodrigo Restrepo, miembros de nuestro parlamento y nuestro periodismo. Aquí, Miguel Ángel Lozano y Guillermo Rubio, apóstoles de la exactitud. Aquí, Humberto Jaimes y Manuel Arenas y Samuel Huertas y Ernesto Martínez, cónsules de la consagración y la buena voluntad. Aquí está Álvaro Nivia con su buen humor y con su inteligencia. Aquí están Jaime Fonseca y Héctor Cuéllar y Alfredo Aguirre, tres personas distintas y un solo ideal verdadero: el triunfo. Aquí, Carlos Aguirre y Carlos Alvarado, unidos por un mismo nombre y por el mismo deseo de ser orgullo de la patria. Aquí, Álvaro Baquero y Ramiro Cárdenas y Jaime Montoya, compañeros inseparables de los libros. Y, finalmente, aquí están Julio César Morales y Guillermo Sánchez, como dos columnas vivas que sostienen en sus hombros la responsabilidad de mis palabras, cuando yo digo que este grupo de muchachos está destinado a perdurar en los mejores daguerrotipos de Colombia. Todos ellos van en busca de la luz impulsados por un mismo ideal.
Ahora que habéis escuchado las cualidades de cada uno, voy a lanzar el fallo que vosotros como jueces de conciencia debéis considerar: en nombre del Liceo Nacional y de la sociedad, declaro a este grupo de jóvenes, con las palabras de Cicerón, miembrosde número de la academia del deber y ciudadanos dela inteligencia.
Honorable auditorio, ha terminado el proceso.
Zipaquirá, Colombia, 17 de noviembre de 1944
Generalmente, en todos los actos sociales como éste, se designa una persona para que diga un discurso. Esa persona busca siempre el tema más apropiado y lo desarrolla ante los presentes. Yo no vengo a decir un discurso. He podido escoger para hoy el noble tema de la amistad. Pero ¿qué podría deciros de la amistad? Hubiera llenado unos cuantos pliegos con anécdotas y sentencias que al fin y al cabo no me hubieran conducido al fin deseado. Analizad cada uno de vosotros vuestros propios sentimientos, considerad uno por uno los motivos por los cuales sentís una preferencia incomparada por la persona en quien tenéis depositadas todas vuestras intimidades y entonces podréis saber la razón de este acto.
Toda esta serie de acontecimientos cotidianos que nos ha unido por medio de lazos irrompibles con este grupo de muchachos que hoy va a abrirse paso en la vida, eso es la amistad. Y es eso lo que yo os hubiera dicho en este día. Pero, repito, no vengo a decir un discurso; y sólo quiero nombraros jueces de conciencia en este proceso para luego invitaros a compartir con el estudiantado de este plantel el doloroso instante de una despedida.
Aquí están, listos para partir, Henry Sánchez, el simpático D’Artagnan del deporte, con sus tres mosqueteros Jorge Fajardo, Augusto Londoño y Hernando Rodríguez. Aquí están Rafael Cuenca y Nicolás Reyes, el uno como la sombra del otro. Aquí están Ricardo González, gran caballero del tubo de ensayos, y Alfredo García Romero, declarado individuo peligroso en el campo de todas las discusiones: juntos, ejemplares vidas de la amistad verdadera. Aquí están Julio Villafañe y Rodrigo Restrepo, miembros de nuestro parlamento y nuestro periodismo. Aquí, Miguel Ángel Lozano y Guillermo Rubio, apóstoles de la exactitud. Aquí, Humberto Jaimes y Manuel Arenas y Samuel Huertas y Ernesto Martínez, cónsules de la consagración y la buena voluntad. Aquí está Álvaro Nivia con su buen humor y con su inteligencia. Aquí están Jaime Fonseca y Héctor Cuéllar y Alfredo Aguirre, tres personas distintas y un solo ideal verdadero: el triunfo. Aquí, Carlos Aguirre y Carlos Alvarado, unidos por un mismo nombre y por el mismo deseo de ser orgullo de la patria. Aquí, Álvaro Baquero y Ramiro Cárdenas y Jaime Montoya, compañeros inseparables de los libros. Y, finalmente, aquí están Julio César Morales y Guillermo Sánchez, como dos columnas vivas que sostienen en sus hombros la responsabilidad de mis palabras, cuando yo digo que este grupo de muchachos está destinado a perdurar en los mejores daguerrotipos de Colombia. Todos ellos van en busca de la luz impulsados por un mismo ideal.
Ahora que habéis escuchado las cualidades de cada uno, voy a lanzar el fallo que vosotros como jueces de conciencia debéis considerar: en nombre del Liceo Nacional y de la sociedad, declaro a este grupo de jóvenes, con las palabras de Cicerón, miembrosde número de la academia del deber y ciudadanos dela inteligencia.
Honorable auditorio, ha terminado el proceso.
Cuprins
Índice
La academia del deber
Cómo comencé a escribir
Por ustedes
Otra patria distinta
La soledad de América Latina
Brindis por la poesía
Palabras para un nuevo milenio
El cataclismo de Damocles
Una idea indestructible
Prefacio para un nuevo milenio
Una alianza ecológica de América Latina .
No estoy aquí
En honor de Belisario Betancur con motivo de sus setenta años
Mi amigo Mutis
El argentino que se hizo querer de todos
América Latina existe
Una naturaleza distinta en un mundo distintoal nuestro
Periodismo: el mejor oficio del mundo
Botella al mar para el dios de las palabras .
Ilusiones para el siglo xxi
La patria amada aunque distante
Un alma abierta para ser llenada con mensajesen castellano
Nota del editor
Noticias sobre los discursos
La academia del deber
Cómo comencé a escribir
Por ustedes
Otra patria distinta
La soledad de América Latina
Brindis por la poesía
Palabras para un nuevo milenio
El cataclismo de Damocles
Una idea indestructible
Prefacio para un nuevo milenio
Una alianza ecológica de América Latina .
No estoy aquí
En honor de Belisario Betancur con motivo de sus setenta años
Mi amigo Mutis
El argentino que se hizo querer de todos
América Latina existe
Una naturaleza distinta en un mundo distintoal nuestro
Periodismo: el mejor oficio del mundo
Botella al mar para el dios de las palabras .
Ilusiones para el siglo xxi
La patria amada aunque distante
Un alma abierta para ser llenada con mensajesen castellano
Nota del editor
Noticias sobre los discursos