Hoy en día, muchas personas viven lo que se conoce como "la incertidumbre del dinero"; la clase pobre y la clase media vivían bajo ciertas reglas del dinero y, aunque es lamentable decirlo, actualmente es así. Tras la incertidumbre de lo que pueda pasar, las personas están actuando y viviendo financieramente según la antigua norma del "estudia una carrera importante, trabaja duro para que ganes un buen sueldo, ahorra dinero y gástalo". Sin contar que actualmente este sistema no funciona; el sosiego detrás de los hechos sin avances ha llevado a las nuevas generaciones a ahorrar de forma incompetente, la gente se encuentra sentada sobre un saco de dinero mientras cree estar guardándolo para su beneficio o esperando que la situación que viven ahora se estabilice, y por otra parte hay quienes están "ahorrando para gastar más adelante" sin entender que los ahorros pierden valor, especialmente cuando la inflación llega y crece más rápido que los intereses pagados en las cuentas de ahorro. La forma en la que invertimos y gastamos nuestro dinero tiene mucho que ver con la manera en la que vivimos y vemos el mundo, tiene que ver incluso con la forma en cómo nos percibimos y nos proyectamos a futuro. Es importante destacar que aunque la técnica de "trabajar por algo que deseo hasta conseguirlo", sí funciona, los resultados son a corto plazo y muchas veces los contras son mucho más de los que pensamos; cómo no estar a gusto con tu trabajo, no conseguir el dinero completo, tener una mala experiencia laboral o simplemente notar que la satisfacción por haber obtenido lo que querías no duró tanto como esperabas y, entre otras tantas cosas estaremos pensando y actuando como personas pobres, aunque nuestra casa esté llena de esos pequeños "sacrificios convertidos en éxitos".