La encomiable tarea de conducir y gestionar los procesos urbanos en materia de ordenamiento, constituye en sí una piedra angular en la forma de hacer ciudad. Y cada proyecto e investigación dirigida a la salvaguarda del patrimonio natural y cultural de un país, territorio o localidad, y al desarrollo integral de la sociedad, es un bien preciado de lo que el hombre puede y es capaz hacer en pos de la sostenibilidad de la humanidad. Desde el ordenamiento territorial y urbano, un discurso como acercamiento a la actuación en comunidades de riesgos, expuestas a desastres ante fenómenos naturales extremos y los impredecibles eventos del calentamiento global. El camino es complejo pero transitable, abierto a disímiles disciplinas, testimonios comunitarios y actores varios, los que juntos aportan rigor científico, objetividad e identidad como ciudadanos, ante la responsabilidad de accionar estratégicamente para prevenir y reducir las posibles catástrofes derivadas de la drástica transformación de la naturaleza. Queda en el actuar de los que convivimos y amamos nuestro territorio e incidimos en las determinaciones de su progreso físico-espacial, el devolver seguridad a todos los habitantes.