La industria automotriz ha evolucionado por diversas formas de organización de la producción y esquemas de competencia que han implicado una mayor especialización y flexibilidad, lo que les ha exigido reformular nuevas estrategias: de producción, manejo de proveedores, logística y ubicación geográfica. Además es uno de los ejes más importantes de la nueva dinámica productiva ya que el efecto multiplicador que éste genera impacta en el resto de las industrias productoras de acero, hule, cristal, generando altos niveles de producción y empleo. En corroboración con lo anterior las empresas automotrices tienen un lugar importante entre las 500 empresas globales. En relación al impacto que generan estas nuevas formas de organización de la producción industrial existe una gran cantidad de trabajos empíricos y teóricos que plantean que las concentraciones trasnacionales, a través de la Inversión Extranjera Directa, generan efectos positivos en la región en que se desenvuelven.